DICTADO 8 (1º ESO)

 Por alguna razón que jamás pude comprender del todo, el capitán la tomó conmigo desde el día mismo en que puse mis plantas en aquel lugar. Tal vez fuese porque él enseñaba latín y a mí no se me daba muy bien esa lengua. O quizá porque ya, a mis nueve años, era casi tan alto como él. O acaso más probablemente porque desde el primer momento me inspiró aversión aquel bigotazo de color naranja y con frecuencia me sorprendería mirándole fijo, y a buen seguro con una sonrisita burlona mal disimulada por mí. Bastaba con que pasase a dos metros de él por el pasillo para que me lanzara una mirada fulminante y me gritara. 

                                                                                                                                                  ROALD DAHL,Boy (relatos de la infancia) 

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