EL TEATRO MEDIEVAL
Los orígenes, formación y desarrollo de este género coinciden, en general, en diversas literaturas europeas: francesa, italiana, catalana... Se pueden distinguir dos modalidades teatrales: el teatro religioso y el profano.
El teatro religioso había nacido al amparo de los templos, vinculado a las representaciones litúrgicas. Las obras se agruparían en dos ciclos: el de la Navidad y el de la Pasión y Resurrección. Las primeras representaciones se llevaron a cabo dentro de los templos, con una escenografía muy simple, cuando la había; luego salieron fuera y necesitaron un escenario propio, colocado sobre un tablado al aire libre, fijo o montado en carros. Las actitudes cada vez más procaces de los actores llevaron a la prohibición del teatro en las iglesias.
En cuanto al teatro profano, se supone que sería representado por los juglares en sus actuaciones, en las que incluirían danzas, mimos, espectáculos parateatrales. Se alude en los documentos a estas representaciones con el nombre de "juegos de escarnio", que debían de ser farsas burlescas propias para un ambiente popular.
Sin embargo, a penas conservamos textos teatrales medievales en castellano, lo que ha llevado a pensar que el teatro fue prácticamente inexistente en Castilla, frente a lo que ocurrió en otras partes de Europa o, dentro de la Península, en el ámbito lingüístico catalán. Sin embargo, los abundantes testimonios de sínodos, concilios, leyes y otros documentos sugieren la representación en los últimos siglos medievales de espectáculos teatrales o más bien semiteatrales por parte de juglares, músicos, etc.
Con todo, hoy solo conservamos del teatro medieval 147 versos del Auto de los Reyes Magos, del siglo XII. También conocemos algunos textos dialogados, que, quizás, llegaron a ser dramatizados de algún modo, probablemente como lectura para oyentes, donde el lector remeda la forma de hablar de cada uno de los personajes. Esto se relacionaría con una obra tan importante como es La Celestina.
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