ME ACUERDO
Me acuerdo de que cuando salió el detergente «OMO» regalaban con cada paquete un vaso de Duralex con lunares azules.
Me acuerdo de que mi abuelo, después de dar cuerda al reloj de la sala, se guardaba la llave en el bolsillo, como si fuera el administrador del tiempo.
Me acuerdo de una loca que todos los días, al anochecer, robaba un adoquín en una obra cercana y se lo llevaba escondido como un gato pequeño bajo su toquilla de punto.
Me acuerdo de que si uno bebía agua de un cántaro en que hubiese escupido una salamanquesa, te quedabas calvo.
Antonio Muñoz Molina
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